Koguis los guardianes del mundo

Los kogi eran una de las pocas tribus que escaparon de la Inquisición española durante el
siglo XVI, mudándose a lo alto de las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta. Ahí fueron
inaccesibles y por eso fueron capaces de mantener algo de su cultura original y sus creencias religiosas.
Aún ahora, ellos viven casi de la misma manera que hace miles de años.
Dentro de su tribu hay un grupo llamado los mamas, y ellos creen que no son realmente humanos sino
parte de la conciencia de la Tierra que mantiene el balance del sistema ecológico del mundo. Los kogi están convencidos de que sin los mamas la Tierra moriría.

Los mamas también son los líderes religiosos de la tribu kogi y son respetados de la misma manera en
que los cristianos respetan a Jesús, o los musulmanes a Mahoma. De acuerdo con el joven que me contaba esta historia, los mamas eran capaces de ver estando en completa oscuridad, y observan todo el mundo con su visión interna y su íntima conexión con la Madre Tierra, a la que llaman Aluna.

Lo que es increíblemente interesante es que cuando un bebé que es o será un mama es descubierto
dentro de la tribu kogi, es llevado a un lugar inusual para entrenarlo y educarlo de una manera especial.

 En los tiempos antiguos era una cueva completamente oscura, pero ahora es llevado a una construcción especial hecha con materiales naturales solamente y donde no puede entrar ninguna luz. En casi completa oscuridad, este bebé especial es alimentado sólo con comida blanca mientras crece, y se le proporciona sólo la suficiente luz para que no se quede ciego. Por nueve años este bebé permanece en completa oscuridad, aprendiendo a ver sin usar sus ojos, exactamente igual que los niños súper psíquicos que están emergiendo por todo el mundo. A los nueve años el niño es llevado afuera, a la luz, para aprender a ver con los ojos. 

¡Qué experiencia debe ser! ¿Puedes imaginar lo que sería ver este increíble planeta por primera vez a los nueve años de edad?

los mamas kogi no sólo podían ser capaces de ver cualquier lugar en el mundo, podían también ver el futuro, igual que los hopi, los maorí y muchas otras tribus indígenas de todo el mundo.
Los mamas kogi nunca se han equivocado en sus predicciones acerca del futuro en toda la historia.
De acuerdo con los mamas kogi, en el último eclipse total de Sol del siglo XX, el 11 de agosto de 1999,
todas las personas de las culturas tecnológicas del mundo debieron haberse ido a otra dimensión de la
conciencia de la Tierra, dejando atrás a las tribus indígenas y personas naturales del mundo para heredar el planeta físico. (Esto recuerda las palabras de la Biblia acerca de que "los mansos heredarán la Tierra". Esta predicción es también similar a lo que dijo Edgar Cayce, "el Profeta Durmiente": que en el invierno de 1998 los  polos de la Tierra darían un giro y un enorme cambio sucedería en la Tierra. Muchas personas de la Nueva  Era (New Age) piensan que esto significa que la mayor parte de la conciencia del mundo se movería a la cuarta dimensión).

Descendientes de los Tayronas


Los koguis (jaguar) son uno de los cuatro pueblos originarios que habitan la Sierra Nevada de Santa Marta, en la costa del Caribe colombiano. Se encuentran, en su mayoría, ubicados alrededor de la vertiente norte y sur de la Sierra Nevada, que comprende los departamentos de La Guajira, Cesar y Magdalena. Ellos afirman ser los descendientes directos de la antigua cultura tayrona, que floreció allí durante la época precolombina. La mayoría de las figuras de oro precolombino de la cultura tayrona, que ahora se exponen en diferentes museos del mundo (el Museo del Oro en Bogotá, entre ellos), son piezas que contienen una enorme fuerza espiritual, pero que se ha ido perdiendo en el territorio y entre ellos mismos. Sin embargo, los koguis han resistido pacíficamente desde que llegaron los conquistadores españoles, huyendo hacia tierras altas en la Sierra Nevada, resguardando su pensamiento del hombre blanco en aluna, origen de todo cuanto existe, para que no sea contaminado ni robado como el oro que han perdido.


“La dueña del canto, ella, en el principio fue la madre que nos parió. Es la madre de los truenos, de todas las clases de agua, de todas las clases de árboles, de toda clase de cosas. Así fue. Es la madre de toda clase de gente, de todos los linajes y de todas las cosas. Así fue. Shibalama es la madre de los hacedores de cantos y danzas. Así fue. Es la madre del mundo espiritual del mamo, de los mayores de piedra, de los sembrados, de todas, todas las cosas. Así fue. Es la madre de los hermanitos franceses, de los extranjeros, de las máscaras, de los templos sagrados y de todas las cosas. Ella sola es la madre de todo”.

Mito kogui recopilado por Preuss (1925)


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